Ciudad Fortuna es un mundo entero, un universo lleno de personajes, donde todos son importantes. En Trébol de madera, aunque sigue habiendo un personaje principal claro, el protagonismo está más repartido. Hoy, continuamos y recordamos a Luka Miller.
[Alerta spoilers: el texto puede contener detalles argumentales de Dados de cristal].
Recuerda a Luka Miller. Es un hombre bueno y leal. Hizo una promesa muy importante que marcará su destino, y hará cuanto sea necesario para honrarla. Un don excepcional ha recaído en su familia, como una larga y pesada cadena que conecta generaciones.
En Dados de cristal, en el otoño de 2013, Luka conoce a Alexander Berkel de manera en apariencia casual. En realidad, Betina, la abuela de Luka, una clarividente de la suerte, le ha llevado hasta él. Luka le ha prometido que ayudará a Alexander. Y, de este modo, se convierte en el primer amigo de verdad del gafe, a quien acompaña en sus aventuras. Mientras tanto, Luka y su esposa, Clarisa, tienen a su primer hijo, un bebé que nace el día que Betina muere, por lo que el crío será el nuevo clarividente de la familia.
En Trébol de madera, en el verano de 2014, Luka es uno de los pocos que conoce dónde se esconde Alexander, a quien sigue ayudando, cada vez con más dificultades. Su hijo, Marko, empieza a mostrar signos de su condición de clarividente. Una noche, Luka y él comparten un sueño singular, lleno de vaticinios que hay que descifrar y que explicarán importantes acontecimientos en el futuro inmediato de Alexander.
Junto a Luka y familia, como recuerdo de la difunta Betina, encontramos siempre a esos pececillos de colores que tanto fascinaban a la anciana, cuyos vaticinios no olvidamos.
Vuelve a Ciudad Fortuna, estimado lector, y acompaña a Luka en sus nuevas aventuras.
