Ciudad Fortuna es un universo lleno de personajes dispares. En Destellos de oscuridad, las sombras envuelven la ciudad y la soledad marca a sus habitantes, necesitados como nunca de guía y compañía. Por eso, hoy te invito a acompañar a Irene Berkel.
[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].
Irene Berkel es la hermana pequeña que siempre ha ejercido como la mayor. Pese a que su apariencia es fuerte, oculta debilidades, tentaciones que ya la llevaron por el camino equivocado en el pasado. Ahora ha vuelto a caer. Y nunca había estado tan sola.
En Dados de cristal y Trébol de madera, Irene ayuda a Alexander en todas sus aventuras y juega un papel crucial para resolver algunos misterios. Ella es la principal compañía de su hermano. Sin embargo, a medida que las circunstancias de Alexander se vuelven más sombrías, Irene ve cómo la malaventura de su hermano la alcanza también. Después de vivir algunas situaciones complicadas, Irene decide distanciarse de él, e iniciar una vida distinta que, aunque ella se empeñe en no reconocerlo, tal vez sea un mero engaño.
En Destellos de oscuridad, Irene cree tener una vida mejor, pero en realidad ha vuelto a caer en la trampa de la dependencia. Es adicta a las drogas de diseño que circulan por la ciudad. Aunque no tardará en darse cuenta de que la existencia que la rodea no es sino una quimera, donde además ha sido traicionada por alguien muy cercano, quizás ya sea demasiado tarde para salir de la espiral de perdición en la que ella sola se ha metido.
Junto a Irene, correteando veloz por todo el piso, dentro de su esfera transparente, está su hámster, Sam, el bichillo peludo que le recuerda la realidad en la que solía vivir.
¡Ciudad Fortuna se va a lo oscuro! Esto es Destellos de oscuridad.