Entre autores: Noa Velasco

¡Hola a todos! Esta semana, continuamos con una nueva entrega de la sección en la que amigos autores visitan el blog. En esta ocasión, tengo el gusto de presentar por primera vez a Noa Velasco, colega escritor de Aranjuez que transita los senderos de la fantasía, aunque desde perspectivas diferentes a las mías. Os invito a leer esta entrevista y, por supuesto, a descubrir su primera novela: “Kelvalad, la espada oscura”. A continuación, os dejo con Noa. Saludos a tod@s.

 

Kelvalad

¿Cuándo te hiciste aficionado a la fantasía?

En mi caso no creo que hubiera un antes y un después: nací en 1980. Desde pequeño estuve rodeado del imaginario de duendes y criaturas fantásticas. El libro de «Hadas» de Brian Froud y Alan Lee debió de convertirse en un fenómeno entre el círculo de amistades de mis padres y crecí con aquellos dibujos, junto con cómics de Conan, películas como «La historia interminable», «Willow» y el legado de J. R. R. Tolkien. Así que mis gustos siempre rondaron alrededor de la magia, la espada y los dragones. Bueno, y los ninja. No olvidemos a los ninja. Para cuando me entró la fiebre de la escritura y tecleaba el ordenador como si no hubiera mañana, ya había caído por completo en las garras de los juegos de rol, videojuegos, series y cómics de temática fantástica.

¿Cuáles son tus autores de género fantástico favoritos?

Como tantos otros, le debo mucho a Tolkien. Con él empecé a escribir mi novela, inspirado por la riqueza de su mundo. En la estantería de mi madre también descubrí a Úrsula K. Leguin y me fascinó la solemnidad de su «Mago de Terramar». Luego un amigo me dejó un libro de R. A. Salvatore y fue mi perdición. He devorado la saga del Elfo Oscuro, entretenida y repleta de acción. Reconozco que me atasqué durante mucho tiempo en los Reinos Olvidados y tardé en volver a leer fantasía, por lo que al volver he disfrutado enormemente con George R. R. Martin y Patrick Rothfuss. Pero si a Tolkien le debo ese arranque y las ganas de canalizar mi imaginación con las letras, y a Salvatore el gusto por las escenas de acción, le debo también a Terry Pratchett, recientemente fallecido. Pratchett llegó a mi librería cuando quise contar otro tipo de historias, más gamberras, y fue amor a primera vista.

¿Qué te inspira? ¿Qué enciende tu imaginación?

Particularmente considero que la imaginación y la creatividad son músculos que hay que mantener en forma y que, cuanto más los usas, más se desarrollan. Pero también creo en las musas, esas que te pillan en los escatológicos momentos en los que el único papel para apuntar ideas es el higiénico; o en la ducha, que más que cantar suelo darle vueltas a mis ideas (también en eso suelo desafinar). Pero lo mejor para atraer a las musas y poner en marcha la maquinaria de las ideas es vivir en general. Salir, hablar con la gente, observar y tener la mente abierta. Cuando la cabeza burbujea salen historias de cualquier banalidad, y es un ejercicio con el que siempre disfruto. A veces no se puede hablar conmigo porque, en mi cabeza, termino los comienzos de historias ajenas de las formas más absurdas.

También son inspiradores los silencios que hay tras momentos cargados de contenido. Cuando terminas el capítulo de un libro, un episodio de una serie, una película o un juego, y te paras a pensar. Dejar la mente libre en una asociación de ideas, meditando sobre lo que has visto, lo que habrías contado tú, qué hubiera pasado cambiando elementos, llevándolo a tu terreno, añadiendo eventos que trastoquen la trama; o metiéndote en la piel de un personaje o del propio artífice, e imaginando otras historias.

En el fondo, el momento menos inspirador para mí, suele ser aquel en el que tengo que inspirarme.

¿Qué novela fantástica te hubiera gustado escribir a ti?

Pensándolo mucho me he dado cuenta de algo. Admiro y disfruto enormemente obras como «El Señor de los anillos» y «El nombre del viento». He deseado ser otros escritores, por supuesto, envidiando su talento. Pero de todas las historias, aún no he encontrado a nadie que haya contado lo que yo quiero contar. No al menos de la misma forma. Y por eso me alegro de no haber escrito yo ninguna de esas novelas que me han cautivado, y me alegro de que, algún día, podré contar otras historias diferentes, completamente mías.

Pero ahora mismo, si tengo que elegir, probablemente rebuscaría entre los títulos de Terry Pratchett porque era uno de esos pocos autores que contaban historias que yo quiero contar, de una forma mil veces mejor de lo que yo podría

¿Qué tipo de fantasía prefieres?

Hasta ahora, con lo que más he disfrutado es con la alta fantasía y las novelas de brujería y espada. Me fascinan los imaginarios ricos en detalles, las ambientaciones cuidadas, el funcionamiento de otros mundos… Y por otro lado me gusta leer de vez en cuando un libro ameno de personajes de rol haciendo cosas de rol sin necesidad de mis desastrosas tiradas de dados. Un asesino en busca de su víctima, un mago recuperando una reliquia perdida, un clérigo para curarlos a todos y mantenerlos en las luces, chisporroteos de magia y andanadas de espadazos. Puede sonar algo trillado, pero ahí llevo yo la mitad de mi vida leyendo libros de Reinos Olvidados y aún quiero saber cómo siguen.

La fantasía oscura me causa sentimientos encontrados. Me genera un desconcertante desasosiego (que entre títulos más ligeros resulta hasta refrescante), pero para mí la fantasía es una vía de escape. Busco sumergirme en un mundo que, aun con sus peligros, me haga sentir cómodo. Si sintiera que mi vida es más fácil, tal vez buscaría en el ocio la sensación de asomarme a un abismo, pero hasta entonces lo haré con mesura.

¿Cuál es el último libro de fantasía que has leído?

Pues es que voy alternando tipos de fantasía. De más reciente a menos:

  • «Tormenta», de Jim Butcher, el primer libro de la saga de Harry Dresden. Fantasía urbana y sobrenatural.
  • «Artemis Fowl», de Eoin Colfer. Fantasía de duendes en el mundo real y ciencia ficción.
  • «El nombre del viento», de Patrick Rothfuss. No tengo palabras para describir esto. «Sublime» suena hasta sucio. Quiero que Rothfuss me abrace con el viento (se llame como se llame) fustigándonos la cara mientras se hunde el Titanic («esto último lo editas y lo cortas, ¿verdad?»).

¿Y a qué te apetece hincarle el diente?

¿Por dónde empiezo? Cada día añado cinco títulos a mi lista de deseados. Por un lado me gusta alternar géneros pero por otro me quema saber que me estoy perdiendo grandes maestros de la fantasía. Tengo muchas ganas de ver qué droga incorporan en sus páginas autores como Brandon Sanderson, Robin Hobb, Steven Erikson, Joe Abercrombie… Y tengo ganas de conocer también a Geralt de Rivia y a Locke Lamora. Y yo diciendo que no quería comprar más estanterías…

¿Qué géneros te gusta mezclar o añadir?

Soy aficionado al género policial y el misterio, aunque cuando se mezcla con fantasía suele ligarse también con el género juvenil. Pero ahí está Harry Potter, una saga maravillosa que disfruta todo el mundo. Por eso ahora estoy peleándome con un proyecto al que le tenía ganas desde hace muchos años, una historia de detectives en mi mundo fantástico de Enor.

También me gusta el steampunk, o algo de ciencia ficción bien escogido. Por eso he trucado el reloj de Enor y he pasado el segundero un par de siglos. Ahora la magia se ha desarrollado al tiempo que la ciencia y la tecnología, dando lugar a un entorno que no llega a ser victoriano, ni mucho menos, pero cambia el steam por la magia.

No olvidemos el humor. El humor es algo maravilloso y necesario, revela la frivolidad de lo serio y la seriedad de lo frívolo. Así que, sin resultar grotesco, me gusta encontrar un mínimo de humor antes de que la gravedad de un libro llegue a resultar ridícula. En serio, me pasa constantemente. Cuando algo me parece seco, acabo haciendo bromas en mi cabeza hasta cansarme de mí mismo.

Nombra un cómic / película / serie / juego.

  • Cómic: «FullMetal Alchemist». El universo de FMA es rotundo, bien compuesto, los personajes tienen profundidad y la historia es completamente memorable. He visto sendas series de animación unas cuantas veces y es una de las pocas que provocan una vibración en mi interior, una mezcla de emoción y euforia resultado de devorar su historia y sentir que estoy ante algo grande.
  • Película: «La Princesa Mononoke». La visión de Miyazaki sobre lo natural conecta automáticamente conmigo, donde espíritus, dioses y elementos conviven con la humanidad pero alejados de todas sus valoraciones, reglas o criterios.
  • Serie: «Avatar». Sobre todo la leyenda de Aang, pero Korra es una digna sucesora. Me sucede como con FMA y La Princesa Mononoke: esa emoción, y una sensación como de haber saboreado un plato único que calienta el estómago al final de cada capítulo.
  • Juego: «Might & Magic: Clash of Heroes». En este caso la fantasía es un mero cascarón para la mecánica de puzle y estrategia, pero sin su estética no creo que me hubiera atrapado en un principio. No me emociona, pero me engancha durante horas y me roba la vida, ¡maldito seas, Clash of Heroes!

Un proyecto actual o futuro.

Cuando termine con el NaNoWriMo, en diciembre, quiero proseguir con una novela corta que se desarrolla en Enor, mi mundo, pero un par de siglos después de Kelvalad. La historia es fruto de una serie de juegos de rol e investigación que quería hacer a mis amigos y de los que surgieron muchas ideas pero sólo un par de sesiones de juego. Barajé la posibilidad de escribir un librojuego con estas historias, para iniciados del rol y el género policial. Ahora retomo la idea pero enfocado a novela, donde unos investigadores de la Orden de Lorian, diosa de la Verdad, deben descubrir al asesino de un prestigioso alquimista. Tienen muchos recursos a su alcance en una era de tecnomagia, además del favor de su diosa, pero todo se complica cuando son acusados de un crimen y han de continuar con la investigación perseguidos por la Guardia. Me están gustando tanto los personajes que estaría genial que esta fuera la primera novela de una saga juvenil.

Observaciones finales.

Lo primero es agradecer a David por esta iniciativa que nos acerca un poquito más a todos. Y después, una observación aleatoria:

Queridos amigos, la fantasía ha reptado por el imaginario de las suficientes generaciones como para hacerse un hueco en el inconsciente colectivo. Se ha filtrado hasta sedimentarse en nuestras más cotidianas formas de comunicación sin la necesidad de ser lo que antes se denominaba con cierto desdén como «friki». Ahora todos somos frikis, todos tenemos aficiones y gustos que han pasado de la oscuridad a la luz. No eres rarito ni antisocial por jugar al rol, a los videojuegos, leer a George R. R. Martin, Asimov o Lovecraft. No necesitas ser un niño para disfrutar de Harry Potter y Miyazaki, ni leer cómics, porque hemos superado hace mucho ese absurdo concepto de que sólo existían Mortadelo y Filemón. Ni siquiera para llenar una estantería de figuritas de Goku, Star Wars o Transformers, pues la afición siempre ha estado ahí pero ahora esos niños han crecido y tienen dinero para disfrutar mejor su frikismo. Así pues, queridos amigos, la fantasía vino para quedarse, para ser parte de nuestras vidas y para ser disfrutada por todo tipo de personas, sin discriminar sexo ni edad. La fantasía es una válvula de escape, una alegoría, una forma de experimentación más flexible de la realidad. Di sí a la fantasía, joder. Repite conmigo: «¡Me gusta la fantasía!», «¡Todos somos frikis!», «¡Voy a comprar “Kelvalad, la espada oscura”, de Noa Velasco!», «Voy a seguir a Noa en las redes sociales, le daré Me gusta a su página de Facebook y me suscribiré a su blog, que da +2 a Conocimiento».

Si por alguna extraña razón te has quedado con ganas de más, puedes formular tus propias preguntas. Si lo que buscas es la clave del éxito no creo que pueda echarte una mano a lo Jaime Lannister, pero para lo demás cuenta con mi hacha. Muchas gracias por leernos.

 

NoaVelasco

Noa Velasco es un ilustrador, diseñador y escritor español, nacido en los 80. Es un apasionado de la fantasía en muchas vertientes. “Kelvalad, la espada oscura” es su primera novela. Descubre mucho más sobre sus proyectos en el El mundo de Enor.