Destellos de oscuridad ya se puede leer en formato digital en Amazon y Lektu (y en esta última, además, encontrarás lotes conjuntos de las tres novelas de la serie). Si la quieres en papel, puedes adquirirla en Amazon o contactar conmigo para recibirla dedicada.
Para adentrarnos aún más en las claves de esta nueva entrega de la serie, ahondaremos en los temas de la novela. En esta entrada, hablamos de genética y eugenesia.
[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].
En el universo de Ciudad Fortuna, la suerte es la fuerza que rige el mundo. No todos son conscientes de su influjo, pero les gobierna igualmente. El estudio de la suerte se divide en tres vertientes: filosofía, genética y religión. En concreto, la genética es el estudio de los grados de suerte: la cantidad de suerte (más suerte o menos suerte), en una escala de uno a siete, con la que cada persona nace. No cambia en toda la vida.
El estudio de la genética de la suerte es objetivo e imparcial. Solo se trata de analizar el grado de suerte de las personas. Sin embargo, de la genética nace una corriente radical y fanática: la eugenesia. Esta persigue la manipulación de los grados de la suerte (lo cual puede considerarse contra natura) para obtener una suerte elevada.
En Destellos de oscuridad, tanto Alexander como nosotros mismos nos enfrentaremos a la verdad de esta corriente aberrante. Descubriremos lo que sus supuestos científicos sin escrúpulos son capaces de hacer para (intentar) modificar la suerte de la gente y, en definitiva, crear un mundo donde solo existan personas con mucha suerte.
En la próxima entrada, hablaremos acerca de los grados de suerte.
¡Ciudad Fortuna se va a lo oscuro! ¡Vente!