Sigue a Frank, a Isaac…

Sigue a Frank, a Isaac...

Ciudad Fortuna es un universo enorme poblado por muchos y muy distintos personajes. Esta gran historia es la historia que recorren todos ellos. Por eso, hoy te invito a seguir a algunos de los personajes secundarios de Herradura de latón.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

El protagonismo de Herradura de latón está bastante centrado en Alexander Berkel y el resto de personajes principales que ya conocemos, aunque también cobran importancia algunos personajes secundarios que recordamos igualmente.

En este nuevo volumen de la serie, Frank Axel, el gafe aprendiz de Alexander, también se ha trasladado a Ciudad Jano, donde busca sin éxito un nuevo empleo de maquinista. Como compañero de maldición, va a participar en las desventuras de su maestro, pero tendrá algunos problemas al negarse a aceptar algunas de sus enseñanzas.

Isaac Wagner también se ha mudado a la capital, donde lleva una vida muy diferente a la que gozaba en Ciudad Fortuna. Ya no es el joven de éxito que un día fue. Ha caído en desgracia personal y profesionalmente. Va a tratar de enmendar los errores e injusticias cometidos en el pasado, lo cual le convertirá en un aliado inesperado para algunos.

Dos personajes enigmáticos presentados en el volumen anterior, Erik Dammer y Albert Nissen, también son relevantes en la nueva novela. El primero ha asumido la alcaldía de Ciudad Fortuna y el segundo parece tener cierto trato con la Organización Heptágono (o parte de ella). Implicado con ambos encontramos a Dragan Tucker. Por último, otros que regresan son Yuri Anton, Travis Dixon, Joseph Klausmann y Casandra Varone.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.

 

Sigue a Ricardo Varone

Ricardo Varone

Ciudad Fortuna es un universo enorme poblado por muchos y muy distintos personajes. Esta gran historia es la historia que recorren todos ellos. Por eso, hoy te invito a seguir a Ricardo Varone y descubrir nuevas claves sobre Herradura de latón.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

Ricardo Varone es el antiguo alcalde de Ciudad Fortuna y uno de los principales villanos de esta historia. Es un hombre artero y carente de escrúpulos, acostumbrado a vivir en el poder y a obtener lo que quiere, que mueve los hilos desde las sombras. A lo largo de los volúmenes anteriores hemos sido testigos de su imparable ascenso político, ámbito en el que ha escalado desde el ayuntamiento de la ciudad hasta convertirse en primer ministro del país. Perdió a Lara, su única hija, algo por lo cual siempre culpará y odiará a Alexander, con quien tarde o temprano tendrá que ajustar cuentas.

En Herradura de latón, dos años y medio después de Destellos de oscuridad, Ricardo ha sobrevivido a un balazo en la cabeza para sorpresa de muchos. Esto es una muestra del tremendo poder de su suerte, aunque el atentado también le dejó secuelas relevantes, pues está postrado en una silla de ruedas. Instalado en Ciudad Jano, vive con su esposa, con quien casi ni habla, y ha contenido las ansias de su ingente ambición. Con todo, aún maquina en la penumbra. Y si descubre que Alexander y la Organización Heptágono van a por él, contraatacará con todas sus fuerzas sin dudarlo.

Siguiendo a Ricardo, pero ignorada casi todo el rato, suele andar la perrita Nizza, a la que Lara tanto amó.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.

 

Sigue a Luka Miller

Luka Miller

Ciudad Fortuna es un universo enorme poblado por muchos y muy distintos personajes. Esta gran historia es la historia que recorren todos ellos. Por eso, hoy te invito a seguir a Luka Miller y descubrir nuevas claves sobre Herradura de latón.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

Luka Miller es el mejor amigo que un gafe como Alexander podría tener. Su amistad fue presagiada por Betina, su difunta abuela, una clarividente de la suerte, a la que su nieto prometió que siempre ayudaría al gafe. La familia, formada hasta ahora por su esposa, Clarisa, y su hijo, Marko, es lo más importante para él. A lo largo de los tres volúmenes anteriores hemos presenciado cómo Luka acompañaba a Alexander en sus desventuras, aunque durante algún tiempo se distanciaron por temor a los efectos del mal fario. Por su parte, a medida que crecía, Marko heredaba la clarividencia de su bisabuela.

En Herradura de latón, dos años y medio después de Destellos de oscuridad, Luka se ha trasladado a Ciudad Jano junto a su familia. Allí viven casi como refugiados y comparten bloque de viviendas con Alexander, con quien su amistad vuelve a ser más estrecha. Su mujer está a punto de dar a luz a su segundo hijo. Y la llegada del nuevo miembro de la familia va a coincidir con un nuevo guiño de la ventura y la clarividencia, que provocará que Luka se cruce con alguien muy importante. Entretanto, continuará participando en las muchas (y no poco peligrosas) aventuras en las que Alexander se meterá.

Siguiendo a Luka y su familia, ya sea en Ciudad Fortuna, Ciudad Jano o donde sea, están los variados peces de colores que a Betina siempre le gustó tener en casa.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.

 

Sigue a Charlotte Faymann

Charlotte Faymann

Ciudad Fortuna es un universo enorme poblado por muchos y muy distintos personajes. Esta gran historia es la historia que recorren todos ellos. Por eso, hoy te invito a seguir a Charlotte Faymann y descubrir nuevas claves sobre Herradura de latón.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

Charlotte Faymann es alguien a quien conocemos desde hace mucho tiempo, si bien no nos habíamos dado cuenta. Se trata de la niña pelirroja con la que Alexander compartió juegos y risas en su primera infancia, antes de ser separado de su familia biológica. Es la hija de Rebecca, la cocinera de la familia Klausmann en Aldea Moira. Alexander y ella se reencontraron en Destellos de oscuridad siendo ambos adultos y encajaron todas o casi todas las piezas del rompecabezas de sus infancias. Vivieron un romance fugaz y luego se volvieron a separar con la promesa de que se reunirían de nuevo pronto.

En Herradura de latón, dos años y medio después de Destellos de oscuridad, Charlotte, quien siempre ha sido proclive a los cambios de domicilio y a quien los compromisos a largo plazo se le resisten, vive en Ciudad Jano gracias a su último encargo de traductora y correctora. Mantiene una relación indefinida con Alexander, con quien trata de evitar los efectos de la pasión con un gafe. Todo parece marchar sin sobresaltos hasta que se topa con algo inesperado entre las cosas de Rebecca, su difunta madre. Este hallazgo la llevará a una búsqueda de respuestas en relación a un misterio pendiente del pasado.

Charlotte echa en falta la compañía de su difunta perra, que la seguía de un lado a otro siempre que iba a casa de su madre. Pero quizás pronto conozca a su nueva mascota.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.

 

Sigue a Irene Berkel

Irene Berkel

Ciudad Fortuna es un universo enorme poblado por muchos y muy distintos personajes. Esta gran historia es la historia que recorren todos ellos. Por eso, hoy te invito a seguir a Irene Berkel y descubrir nuevas claves sobre Herradura de latón.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

Irene Berkel es la hermana pequeña de Alexander, una benjamina que actuaba como si fuera la primogénita hasta que se extravió en sí misma. Tiene una mente dotada para la tecnología, un ímpetu emprendedor y un deseo innato de proteger a su hermano. Pero también arrastra una faceta peliaguda: su adicción a las drogas de diseño. A lo largo de los tres volúmenes previos hemos visto cómo Irene pasaba de acompañar a Alexander en todas sus aventuras a distanciarse de él, relacionándose con sus enemigos incluso, y provocar sin pretenderlo el «fenómeno» de Ciudad Fortuna.

En Herradura de latón, dos años y medio después de Destellos de oscuridad, Irene aún padece los efectos de aquello que ella provocó. Internada en un hospital, acusada de los daños personales y materiales que ocasionó el «fenómeno» y en un estado próximo a la catatonía, su mente se encuentra perdida en universos irreales y falaces. Sin embargo, por muy confortable que pueda resultar ampararse en una falsedad, tarde o temprano Irene tendrá que enfrentarse a los graves errores que ha cometido y al remordimiento y la culpabilidad que ello conllevará. Aunque sin duda se resistirá.

Hace tiempo que Irene añora muchas compañías, como la que le hacía el correteo de su querido hámster Sam, cuya pérdida todavía le duele en lo más hondo.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.