Herradura de latón: cita nº 1

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Herradura de latón, el cuarto volumen de Ciudad Fortuna, se encuentra disponible en Amazon (tanto en versión impresa como para Kindle) y Lektu (donde además de leerla en cualquier ebook encontrarás estupendos lotes conjuntos de toda la serie). Te animo a visitar la tienda del blog. Para revivir esta última aventura, vamos a explorar la novela a través de trece citas. La de hoy es del primer capítulo, Ciudad Jano.

¿Has llegado ya a este momento?

Nos leemos en Ciudad Fortuna.

 

¿Por qué leer Herradura de latón?

Por qué leer Herradura de latón

Aunque viajar se haya convertido en algo un poco complicado en tiempos de pandemia, los afortunados que disfrutamos del placer de la lectura sabemos bien que con un libro se puede llegar a cualquier parte. No hay mejor plan para descubrir nuevos lugares en las semanas de verano que tenemos por delante. Por eso, para que puedas evadirte sin preocuparte de restricciones ni limitaciones, me gustaría proponerte la lectura de esta novela sobre la que hemos descubierto tanto en los últimos meses. Allá vamos.

¿Por qué leer Herradura de latón?

Porque la lectura es el mejor modo de desconectar del mundo actual, que se ha vuelto bastante difícil y donde no escasean las preocupaciones, y conocer universos distintos e historias atrayentes. Además, tú ya conoces tanto el lugar como los personajes que te aguardan en esta novela, pues no es la primera vez que viajas a Ciudad Fortuna.

Porque, en efecto, ya conoces este universo gobernado por la suerte, donde este nuevo volumen cierra un gran ciclo en su larga historia. De este modo, conocerás la respuesta a diversas incógnitas que todavía quedaban pendientes y, al mismo tiempo, te llevarás unas cuantas sorpresas que me he reservado para este esperado desenlace.

Porque los personajes con los que llevas varios años conviviendo en las calles y rincones de esta ciudad cuentan contigo para vivir una nueva aventura. Además, en las páginas de este libro se enfrentarán al destino de su fortuna: unos recibirán la recompensa a su lucha y tesón, mientras que otros sufrirán el merecido castigo de la ventura.

Porque, como bien sabes, con tu lectura de Herradura de latón y el resto de las novelas de la serie Ciudad Fortuna, estás apoyando algo tan ilusionante, valioso y frágil como es la literatura independiente, aquella que el propio autor construye con la ayuda de unos pocos que confían en su talento y premian su tesón. Esta gran aventura no habría sido posible sin todos sus lectores, y por ello estaré eternamente agradecido.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.

 

Experimentar con la suerte

Experimentar con la suerte

Herradura de latón, el cuarto volumen de la serie Ciudad Fortuna, está disponible tanto en Lektu (donde además de la novela encontrarás lotes con todos los volúmenes) como en Amazon (donde la encontrarás para Kindle o en formato impreso).

Para conocer más el universo de Ciudad Fortuna y las claves de Herradura de latón, hoy exploramos otro tema: los experimentos en torno a la suerte.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

Como puede ocurrir en la vida en relación a otras cuestiones, en el universo de Ciudad Fortuna hay personas que se niegan a aceptar los designios de la suerte. Ya conocemos la existencia de la eugenesia de la suerte, una corriente pseudocientífica que persigue la pureza de las personas con mejor suerte. Y en volúmenes anteriores hemos sabido que existen personas capaces de experimentar con la suerte de la gente para encontrar una manera de modificarla y violar así los dogmas de la fortuna. Entre esos individuos sin escrúpulos se encontraba, por ejemplo, Adolph Klausmann.

En Herradura de latón, Alexander se enfrenta a un dilema complicado. Una persona a la que aprecia con todo su corazón sufre un deterioro de su suerte debido al «fenómeno». Y cierto personaje, uno de esos pseudocientíficos que han dedicado su carrera a buscar la supremacía de los más afortunados, le propone una manera de «limpiar y resetear» la suerte de esa persona. Sin embargo, para poder hacerlo será necesario recurrir, entre otras cosas, a los desagradables y arriesgados experimentos que ese grupo de radicales desarrolló en el pasado. ¿Qué decisión tomará Alexander?

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.

 

El cuarto dogma

El cuarto dogma

Herradura de latón, el cuarto volumen de la serie Ciudad Fortuna, está disponible tanto en Lektu (donde además de la novela encontrarás lotes con todos los volúmenes) como en Amazon (donde la encontrarás para Kindle o en formato impreso).

Para conocer más el universo de Ciudad Fortuna y las claves de Herradura de latón, hoy exploramos uno de sus temas principales: el cuarto dogma.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

Los dogmas que explican el funcionamiento de la suerte en el mundo de Ciudad Fortuna se han desvelado poco a poco en cada volumen. En Herradura de latón, descubrimos el contenido del cuarto dogma, aquel que trata de la pérdida temporal de la suerte debida al mal fario de un gafe. Este dogma dice: «La suerte puede mermarse por detracción del gafe, pero el gafe no tendrá suerte». En el transcurso de la novela, Alexander recuerda el día que su padre adoptivo, Héctor, recitó esta frase.

El cuarto dogma explica otra situación excepcional que puede provocar que la suerte de una persona, que ni se crea ni se destruye ni varía a lo largo de la vida, cambie. Significa que si un gafe ejerce su poder sobre alguien, esa persona pierde una parte de su suerte temporalmente (aunque, según el quinto dogma, esa parte puede recuperarse). De ese modo, este dogma explica también la naturaleza del mal fario de los gafes, pues indica que los gafes pueden mermar la suerte de las personas, pero también aclara que el gafe no podrá “quedarse” esa parte de suerte que ha detraído.

En la próxima entrada hablaremos acerca de los efectos de los dogmas.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.

 

Filosofía y dogmas

Filosofía y dogmas

Herradura de latón, el cuarto volumen de la serie Ciudad Fortuna, está disponible tanto en Lektu (donde además de la novela encontrarás lotes con todos los volúmenes) como en Amazon (donde la encontrarás para Kindle o en formato impreso).

Para conocer más el universo de Ciudad Fortuna y las claves de Herradura de latón, hoy exploramos uno de sus temas principales: la filosofía y los dogmas.

[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].

La suerte es la energía que gobierna el mundo de Ciudad Fortuna. En torno a ella existe una filosofía, esto es, un conjunto de conocimientos y enseñanzas para entender cuál es su funcionamiento. Esta filosofía se sintetiza en los siete dogmas, las siete reglas acerca de cómo la fortuna rige nuestros destinos. Estas normas se han desvelado poco a poco.

En los tres volúmenes previos a Herradura de latón, hemos descubierto cuatro de estos siete dogmas. El primero trata sobre la naturaleza de la suerte y establece: «La suerte ni se crea ni se destruye». El segundo aborda la estabilidad de la suerte de cada persona y su enunciado dice así: «La suerte persevera toda una vida». El tercero, por el contrario, trata de la posible inestabilidad de la suerte al decir: «Los actos más puros del cuerpo y el corazón funden la suerte de las personas». El quinto introduce la recuperación de la suerte perdida debido al mal fario o a un gafe: «La suerte mermada puede recobrarse mediante proximidad, conexión o fusión». El significado de los dogmas se desarrolla en las novelas, donde también se insinúa el contenido de los dogmas sexto y séptimo.

En la próxima entrada hablaremos acerca del cuarto dogma de la suerte.

Estimado lector, nos encontramos en las páginas de Herradura de latón.